Segmentación

En el contexto de las redes sociales, el targeting es el proceso estratégico de definir y seleccionar un segmento específico de la audiencia o un grupo de usuarios basado en ciertos atributos, comportamientos, datos demográficos, intereses u otros criterios para garantizar que el contenido, los anuncios o las campañas entregados en las plataformas de redes sociales sean lo más relevantes posible. Es lo que dirige a las empresas, a los marketers y a los anunciantes que invierten dólares en la ya colosal construcción de la economía de las redes sociales a centrar sus esfuerzos en llegar al grupo de individuos que tienen más probabilidades de no solo ver, sino también interactuar con su contenido; de no solo ver, sino también realizar y completar alguna acción digital deseada que sirva a los intereses de la empresa. Maximizar la efectividad, minimizar los desperdicios: estos son los primeros y más palpables beneficios del targeting.

Sin embargo, las consecuencias del targeting obtenidas a través del uso preciso de analíticas pueden extenderse a algo que podría ser fácilmente pasado por alto como simplemente el lado oscuro del capitalismo digital. Y la experiencia del usuario no es lo único que puede optimizarse a través del targeting. Se pueden crear empleos, se pueden generar dólares, y dentro del marco existente de la economía de las redes sociales, esto es lo que debe suceder para que las empresas sean consideradas exitosas.