Duración

Tomemos la duración como ejemplo: podría especificar la cantidad exacta de segundos o minutos que dura un video antes de detenerse, el período de tiempo en el que ocurre una transmisión en vivo y está disponible para los usuarios, o el límite casi instantáneo que la mayoría de las Historias tienen en Instagram o Facebook, que realmente no deberían durar más de 24 horas a menos que se guarden o archiven.

Además, la duración puede referirse a cuánto tiempo dura la interacción real entre usuarios, por ejemplo, en estas formas de comunicación donde los mensajes están diseñados para desaparecer, como en encuestas temporales u otras actividades en pantalla.

En las estrategias de redes sociales, la idea de duración puede ser importante porque puede afectar las interacciones de las audiencias con el contenido, la priorización o el intercambio de contenido por parte de los algoritmos en función del tiempo de visualización, y los indicadores de retención de usuarios. Por ejemplo, si los espectadores no permanecen comprometidos el tiempo suficiente, ciertas plataformas pueden penalizar a los creadores de contenido. Por otro lado, si los espectadores se mantienen comprometidos durante un tiempo suficiente, los creadores de contenido pueden ser recompensados.

Permitir una narrativa más profunda o tutoriales más detallados es lo que las duraciones más largas pueden lograr. En contraste, las duraciones más cortas—frecuentemente vinculadas a tendencias—tienden a enfatizar contenido rápido, llamativo o diseñado para patrones de consumo pensados para dispositivos móviles.