Comunidad

En el ámbito de las redes sociales, una congregación de personas que se reúnen y conectan ofrece una oportunidad para que se formen comunidades alrededor de intereses, valores y experiencias compartidas. Estas comunidades digitales a menudo proporcionan un sentido de identidad y pertenencia a sus miembros. Ya sea que una marca tenga millones de seguidores, un grupo de Facebook cuente con unos pocos cientos de miembros o una cuenta pública de Twitter tenga una audiencia de chat de miles de personas, una comunidad incluye cualquier tipo de conexión significativa que parece prosperar gracias al engagement.

Las comunidades ya no se tratan solo de números; se trata de relaciones reales, engagement real y conexiones humanas reales. La relación emergente entre las marcas y las comunidades ofrece una nueva y poderosa frontera en la lucha contra la invisibilidad. Y esa podría ser justamente la batalla que las marcas necesitan librar por el bien de su propia cordura.

Después de todo, en un mundo donde los jóvenes consumidores pasan el mismo tiempo con las marcas que con las mesas de café (es decir, muy poco), la única defensa que tienen las marcas es una comunidad que puede unir un escudo medio impenetrable contra la invisibilidad.